jueves, 24 de marzo de 2022

EL MENTALISTA - Camilla Läckberg y Henrik Fexeus

 


   Soy fiel lectora de la serie de Fjällbacka Camilla Läckberg desde 2006 en que se publicó en nuestro país el primer volumen, los he leído todos y lo paso bien con ellos. Hoy os traigo mi opinión sobre "El mentalista" que Camilla Läckberg ha escrito en colaboración con un famoso mentalista real, Henrik Fexeus.

OPINIÓN PERSONAL
   A las puertas de un parque de atracciones a las afueras de Estocolmo aparece el cuerpo de una joven asesinada, está atravesada por varias espadas dentro de una caja de madera.
 La policía decide formar un grupo especial que se dedique en exclusiva a la investigación de este brutal asesinato. A este grupo pertenece Mina Dabiri, una policía metódica y perspicaz aunque con una personalidad muy especial. 
   Cuando la policía se encuentra sin pistas que seguir y sin ningún avance de ningún tipo en la resolución del caso, Mina decide buscar la colaboración de Vincent Walder, un conocido mentalista sueco, tal vez pueda ayudarles en un asesinato que parece estar conectado con el mundo del ilusionismo.
   Un nuevo asesinato y las deducciones de Vincent Walder y la policía, les deja claro que se están enfrentando a un despiadado asesino en serie que no parece que vaya a dejar de matar.
   Ilusionismo, códigos numéricos que descifrar, asesinatos brutales y una carrera contrarreloj para lograr atrapar a una mente perversa mientras los protagonistas lidian con sus demonios personales.

   Ambientada en Estocolmo, los autores nos mueven por dos hilos temporales, uno en Kvibille en 1982 al que iremos por medio de flashbacks y otro en el presente con el desarrollo de la investigación policial. La perspectiva narrativa es variable, lo que le da más movimiento en el desarrollo.
   El ritmo es pausado aunque no paran de pasar cosas y lo cierto es que lo he devorado.
   Hay bastante parte de la novela dedicada a conocer tanto a Vincent como a Mina, sus vidas, sus relaciones familiares y sus problemas personales. Incluso también se le dedica tiempo en este sentido al resto de componentes del grupo de investigación de la policía. Puede parecer que esto lastra la lectura pero a mí me ha gustado y me ha resultado un foco más de intriga e interés.
   Tal vez haya mucho cliché del género en cuanto a los personajes pero la trama criminal y su desarrollo me ha mantenido muy intrigada y casi hasta el último momento no logré adelantarme a la resolución final.
   Mina y Vincent me han parecido dos personajes interesante, también es atractiva la relación personal que van forjando entre ellos. Añadamos que tienen secretos que vamos a ir averiguando durante la lectura aunque los de Mina se quedan a medias y es un gancho para la continuación de esta serie policíaca.
   No me parece una novela imprescindible pero lo cierto es que yo lo he pasado en grande con su lectura y leeré la continuación de esta saga en la que el siguiente volumen se publica en breve en Suecia.
   Una cosa mala, los bollos de canela solo aparecen una vez y eso sí me ha cabreado.
   Por cierto, me gusta mucho más la portada original del libro, es mucho más acertada creo yo.




   Ahora voy con una pequeña reflexión: se que van a aparecer críticas despiadadas de este libro, aquí es muy habitual cargar contra los autores extranjeros, sobre todo si son superventas, no hay que olvidar que Camilla Läckberg ha vendido más de 30 millones de ejemplares de sus novelas en el mundo, si los lectores seguimos pagando por sus libros por algo será, los lectores somos soberanos. A lo que voy, lo que no es habitual es que despedacemos a autores patrios. Yo misma entono el mea culpa, por poner dos ejemplos, hay un autor superventas al que sigo desde el comienzo, cada vez me parecen peores sus libros narrativamente hablando (escribir mejor no es utilizar los sinónimos más rebuscados que uno encuentra), sigo comprando y leyendo sus libros aunque no los reseño, no quiero conflictos. Otro ejemplo es también superventas nacional, a ese ya he dejado de leerlo, tramas inverosímiles y ya no hablemos de clichés. En ambos casos, me he llevado algún bofetón por poner un simple comentario en twitter, ambos tienen hordas de fieles seguidores a los que puede más el fanatismo y la pasión que otra cosa. Y sí, como he dicho antes, el lector es soberano y si venden libros en cantidad por algo será pero lo cierto es que me parece injusto tener que reservar mi opinión por cierto temor al conflicto. 
   Resumiendo, cada uno que lea lo que quiera, que opine lo que le de la gana, pero que se respete también la opinión de los demás.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...