lunes, 22 de noviembre de 2021

LA SEÑORA POTTER NO ES EXACTAMENTE SANTA CLAUS - Laura Fernández

 


   Hoy os traigo mi opinión sobre "La señora Potter no es exactamente Santa Claus", mí primer acercamiento a la prosa y la imaginación de la exitosa Laura Fernández.

OPINIÓN PERSONAL
   Kimberly Clark Weymouth es una pequeña y desapacible ciudad, azotada constantemente por ventiscas de nieve, siempre helada. Hace años, una escritora pasó por allí y escribió La señora Potter no es exactamente Santa Claus, un libro que se convirtió en un clásico infantil. A Randal Peltzer, uno de los habitantes de la ciudad, se le ocurrió abrir una tienda de souvenirs dedicada en exclusiva a ese libro y sus personajes y desde entonces, la ciudad recibe asiduamente turistas lectores en busca de un recuerdo de la  señora Potter. Pero hoy en día esa tiendecita de recuerdos del libro pertenece a Billy, el hijo de Randal Peltzer y está cansado de cargar con un futuro que nunca quiso, está decidido a cerrar la tienda y marcharse de la ciudad. ¿Se lo permitirán los lugareños?, ¿se lo permitirá la propia ciudad? Kimberly Clark Weymouth no era nada antes de la señora Potter y si Billy Peltzer se marcha en qué se convertirá, tal vez en NADA otra vez y eso no lo van a consentir.

   Decir cómo escribe Laura Fernández es difícil, su narrativa es singular. Ágil de lectura, sonora (literalmente), no es compleja ni recargada, pero leerla es una locura. Decir a que género pertenece esta novela es imposible, es una novela coral repleta de personajes extraordinarios, encontraremos de todo: escritores, aficionados a las maquetas de ciudades, vendedores de casas, periodistas, policías, pintores, vendedores de armas, madres ausentes, fantasmas y muchísimas cosas más, hasta un crimen sin resolver. Un mundo creado por la imaginación desbordante de esta autora en el que me he sentido como una ardillita dentro de un nogal inmenso, corriendo acelerada de rama en rama, yendo a una punta a recoger una nuez, saltando a otra rama en busca de otro pequeño fruto y volviendo una y otra vez a las ramas principales porque esta novela está poblada de un sinfín de historias entrelazadas y ahí radica la maestría de Laura Fernández, en lograr que no me haya perdido ni una sola vez en este trajín incesante de historias y personajes. 
   Está ambientada en la pequeña ciudad ficticia de Kimberly Clark Weymouth, un sitio que todos querríamos visitar pero en el que no nos gustaría vivir. Un montón de habitantes cotillas, obsesionados con una serie de televisión de detectives, se creen en la obligación y el derecho de espiar a todo el mundo, no puede pasar nada sin que toda la ciudad lo sepa de inmediato. Siempre nevada, con la decoración navideña en marcha para dar el ambiente deseado a los turistas vayan en la época que vayan, podría parecer atractiva pero una vez la visitas, te das cuenta de lo despiadada que es esa ciudad con aquel que se aleja de las las normas establecidas.
   Trata infinidad de temas como la relación entre madres e hijos, sueños nunca cumplidos, el amor y el desamor, el arte como modo de escape, la soledad, pero lo que más me ha llamado la atención es como muestra a los escritores, sus excentricidades, sus manías, sus egos, en esta novela aparecen unos cuantos y yo creo que esta autora piensa que a todos los escritores les falta un tornillo, ella incluida.
    Rumores incesantes y malentendidos dan lugar a situaciones realmente divertidas en las que no he reprimido las carcajadas, sin embargo, trasciende un aire melancólico, una ternura que te hace desear que todo acabe bien y que todos esos personajes maravillosos encuentren el camino a la felicidad.

CONCLUSIÓN
    "La señora Potter no es exactamente Santa Claus" de Laura Fernández es un viaje vertiginoso dentro de un mundo único, entre la realidad y la fantasía, poblado de personajes luminosos, de historias tiernas y emotivas que me ha hecho disfrutar de lo lindo con su lectura y sin duda os recomiendo. 
   
   

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