Hasta ahora, mi único acercamiento a Edith Wharton había sido "Cuentos inquietantes" publicado por Impedimenta, una serie de relatos variados en los que a veces utilizando lo sobrenatural y en otros casos, los recovecos de la mente humana, Wharton nos causa desasosiego, aunque también nos hace sonreír con su uso de la ironía. Hoy os traigo mi opinión sobre "La casa de la alegría", una de sus novelas más aplaudidas.
OPINIÓN PERSONAL
Lily Bart, huérfana a los diecinueve años, es acogida por una tía en el seno de uno de los clanes más antiguos de la sociedad neoyorquina. Bella, inteligente y con mucha clase, sin embargo, diez años después aún no se ha casado. Su escasa renta y la insuficiente generosidad de su protectora, le hacen pasar muchos apuros para lograr mantener el nivel de vida en el círculo de alta sociedad en el que se mueve. Lily, desesperada por encontrar estabilidad económica y social, tomará muchas decisiones desafortunadas que convertirán su hasta ahora apacible vida, en angustiosa. Juzgada de manera implacable por esa sociedad que la acogió con cariño los últimos diez años, se ve atrapada en una tela de araña en la que esa misma sociedad, intentará devorarla poco a poco.
Elegante y certera, la prosa de Wharton es poderosa en significado pero de lectura agradable. Con elocuencia, ironía y silencios que aportan más que las palabras, Wharton hace una crítica despiadada de la alta sociedad de Nueva York de principios del siglo XX. Los diálogos son absolutamente magistrales, destacaría los que se suceden durante la novela entre Lily Bat y Lawrence Selden. Fue publicada en 1905 y causó un gran revuelo en su momento, la alta sociedad neoyorquina se presenta de manera sutil pero dejando constancia de su crueldad, de sus intrigas y de su constante juego de intercambios de favores.
Una ambientación exquisita, bailes, cenas, bodas, estancias en mansiones en el campo, viajes a Europa, lujo a raudales que esconde también hipocresía, vanidad y traiciones. Una novela costumbrista que refleja el drama de la mujer de la época, educada para ser objeto de adorno, su libertad está unida a encontrar un marido rico que le asegure la vida.
Ciertamente el ritmo es pausado pero la autora logra que el devenir de la vida de la protagonista nos enganche a la novela desde el comienzo, los últimos capítulos son increíbles, hay un in crescendo de la tensión hasta desembocar en un desenlace que me ha parecido perfecto.
Una cosa destacable son las casas, sí las casas, cada una a su manera, representa a sus moradores y el recorrido de Lily por todas ellas es un descenso de la protagonista hacia la decadencia.
Hay una larga lista de personajes y todos, absolutamente todos, intervienen en el destino de la protagonista. Lily Bart es un personaje complejo, su perfil psicológico está trazado con minuciosidad. A veces nos resulta frívola y antipática, otras patética, incluso podemos caer en el error de juzgarla como hacen sus coetáneos, otras veces inspira conmiseración y ternura, el caso es que, después de leer la novela y escribiendo esta reseña días después, aún no sé si culpabilizar de todo lo sucedido a esas personas que rodearon a Lily toda su vida o a la propia Lily. Lo que sí tengo claro es que Lily Bart es un personaje inolvidable.
La casa de la alegría fue adaptada a la gran pantalla en el 2000 por Terence Davies y protagonizada por Gillian Anderson.
CONCLUSIÓN
"La casa de la alegría" de Edith Wharton me ha impresionado, por la historia que cuenta y por su personaje estrella Lily Bart. Si no habéis leído este clásico hacedlo, es absolutamente magnífico.