AGUACERO
Autor: Luis Roso
Editorial: Ediciones B
Formato: Tapa blanda
Páginas: 448
Precio: 18,90 €
SINOPSIS:
Año 1955. El inspector Ernesto Trevejo recibe el encargo de investigar cuatro crímenes en un pueblo de la sierra madrileña donde se está construyendo un pantano: dos guardias civiles han sido torturados hasta la muerte; el alcalde del municipio y su esposa, ejecutados a sangre fría. Un posible asesino en serie podría aterrorizar a la región mientras se desarrollan las obras. El asunto debe ser resuelto –y silenciado- cuanto antes.
Siguiendo los pasos de una investigación que destapará odios, secretos e intereses ocultos, el lector se traslada a una España en blanco y negro. De fondo, el rumor incesante de la lluvia que acompañará al protagonista en su viaje a un escenario rural, remoto, casi salvaje.
AUTOR:
Luis Roso (Moraleja, Cáceres, 1988) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Barcelona y posee un máster de Literatura Española e Hispanoamericana. Apasionado de la literatura, la historia, el cine y el deporte, actualmente trabaja como profesor de secundaria en la Comunidad de Madrid. Admira a Delibes, Cela, Ferlosio, Sender, Azorín, De la Serna, Aldecoa, Barea y Martín Santos. Aguacero es su primera novela.
OPINIÓN:
Sin referencias ni opiniones previas me enamoré de esta novela, quizá por la sinopsis, tal vez porque el autor es paisano, de un pueblo muy cerquita del mío o simplemente, como muchas otras veces, de ver una y otra vez la portada en twitter acabé por desear leerla. Llegó la Feria del Libro de mi pequeña ciudad y fue una de mis compras. Una vez leída puedo decir que no me equivoqué, ha sido una muy buena lectura y sin duda estaré pendiente de nuevas publicaciones de este joven autor.
"Aguacero" de Luis Roso se desarrolla en Las Angustias, un pueblo perdido entre las montañas de la sierra madrileña donde aparecen sin vida y con evidentes signos de tortura los cadáveres de dos Guardias Civiles, el sargento Ramón Belagua Silva y el guardia Víctor Chaparro Lorenzo. La detención como responsable de esas muertes de un vecino del pueblo con un amplio historial de condenas políticas da por concluido el caso hasta que aparecen dos nuevas víctimas, el alcalde del pueblo y su mujer y la evidencia de que han sido asesinados con las armas de los dos Guardias Civiles que fueron las primeras víctimas, obliga a reabrir la investigación.
Ernesto Trevejo, inspector de policía en Madrid, es llamado al despacho de su superior, el comisario Rejas, y puesto al frente de la investigación e instado a llevar el asunto con la máxima discreción.
Trevejo se traslada a Las Angustias y junto con Aparecido, un joven Guardia Civil que le asignan como acompañante, se enfrenta a una España rural de la década de los 50, donde las rencillas políticas pasadas siguen latentes, donde la gente calla por huir de los problemas y donde va descubriendo que cada habitante del pueblo guarda sus propios secretos.
La excelente ambientación es uno de los puntos fuertes de la novela y no sólo por las detalladas descripciones del paisaje o el clima que ayudan a crear una atmósfera opresiva y en la que el lector siente una sensación oscura, de peligro escondido tras cada rincón; también las menciones de bebidas, marcas de cigarrillo y otras referencias propias de la época ayudan al lector a trasladarse a los 50 y a dar verosimilitud a la historia.
Otra referencia clara a la época es la construcción de una presa hidroeléctrica que se está llevando a cabo en Las Angustias. En esta década hubo una proliferación en la construcción e inauguración de embalses en España y curiosamente mi padre trabajó en una de esas obras. Me ha resultado muy interesante ver como lo que detalla el escritor sobre ese tema: ínfimos sueldos, pésimas condiciones laborales, falta de seguridad, etc. coincidían plenamente con las historias y anécdotas que he escuchado relatar a mi padre muchísimas veces.
Narrada en primera persona a modo de recuerdos por el inspector Trevejo y con un estilo sencillo y directo, pero muy pulido en el que el autor intercambia palabras comunes por sinónimos más estudiados que dan cuenta de su amplio vocabulario e incluso colaboran también en gran medida en la ambientación. Un ejemplo muy claro y que me ha gustado especialmente por motivos personales es el uso de estribar o estribarse en vez de apoyar o apoyarse.
Después de una presentación detallada de una situación determinada con una descripción minuciosa de cada personaje que interviene nos sumergimos en unos diálogos brillantes muy bien trabajados, cargados de ironía y crítica a la hipócrita sociedad de la época, donde la culminación la dan los silencios del inspector Trevejo, lo que se guarda mucho de decir pero que el lector sí conocerá. El ritmo es pausado, sin grandes giros ni sobresaltos, sin embargo el autor consigue mantener la tensión durante toda la narración y que no decaiga el interés del lector en ningún momento.
Los personajes están perfectamente caracterizados. Es cierto que puede parecer un "reparto" plagado de tópicos: el alcalde, la puta del pueblo, el rojo al que echar mano para culpabilizar de lo que haga falta, la maestra, el tabernero,el juez, el médico o los Guardia Civiles respaldados hagan lo que hagan por el régimen franquista, pero el acierto principal es Trevejo, un tipo normal, interesado en saber la verdad pero hasta cierto puno, valiente lo justo, en ocasiones algo caradura y sabiendo muy bien para quienes trabaja y cual es su sitio; las descripciones que Trevejo hace del resto de los personajes consiguen que al lector le parezcan diferentes, originales y muy reales. Una cosa curiosa es lo mucho que me ha gustado el personaje de Aparecido, y digo que es curioso porque en realidad no tiene un papel relevante ni en la historia ni en la investigación, o por lo menos no decisivo, él está ahí desde el principio, desde que Trevejo llega a Las Angustias y es designado como su chófer y acompañante. Un guardia joven, con un punto tierno propiciado por su ingenuidad y sin embargo con una chispa visible de inteligencia que se aprecia todo el tiempo. Si Roso escribe más novelas con Trevejo como protagonista me encantaría que Aparecido tuviera continuidad también.
El final me ha gustado y me ha sorprendido, yo iba por otro lado y me ha encantado no acertar. No penséis que es uno de esos finales que el autor se saca de la manga a última hora, al contrario, ahí estaba durante toda la novela pero se va enlazando todo poco a poco hasta llegar a una conclusión de lo más creíble y verosímil.
CONCLUSIÓN:
"Aguacero" de Luis Roso es una Novela Negra diferente y original, con una ambientación precisa que nos traslada a esa época de los 50 en España con el franquismo en su apogeo, donde había que ocultar las bajas pasiones y las rencillas del pasado seguían planeando entre la gente; con un personaje protagonista, el inspector Trevejo, estupendo y con un desarrollo coherente y muy bien hilado. Una muy buena lectura que os recomiendo que no dejéis pasar.
Lo que más me ha gustado: La extraordinaria ambientación, me he trasladado a una época que no he vivido pero de la que he oído hablar multitud de veces en mi casa.
Lo que menos me ha gustado: Los capítulos tan largos, creo que con capítulos más cortos la novela hubiera ganado en agilidad.