Hoy viajamos al Madrid de La Belle Époque con "Me llamo Victoria" de Miguel Vasserot.
OPINIÓN PERSONAL
En el Madrid de 1901, el joven escritor Lorenzo Hernández, se gana la vida a duras penas redactando ecos de sociedad. Un día recibe el encargo de narrar, en forma de novela, la vida de Victoria, una mujer misteriosa de la que todo el mundo habla en la capital, Victoria es emprendedora en los negocios, elegante y seductora y aunque se la ve a menudo, nadie la conoce en profundidad.
A través de Victoria, Lorenzo se sumerge tanto en los bajos fondos como en el glamour de las clases pudientes, un Madrid plagado de secretos y peligros.
Con una narración amena y un ritmo ágil, diálogos con un fino sentido del humor, su punto de misterio y un final que nos sorprende, nos adentramos en el Madrid de 1901 en el que descubriremos la parte bohemia e intelectual que se movía por los cafés de la época, puntos de reunión de la cultura y la política del momento. Por otra parte, nos sumergiremos en los excesos y excentricidades de la clase pudiente con sus teatros, hoteles y lujosas fiestas. Y por último, también conoceremos la parte gris, la pobreza y los trapicheos de los bajos fondos.
Lorenzo Hernández nos presenta al típico gacetillero de la época, se dedica a escribir artículos de sociedad, ese tipo de periodista/escritor es lo que que luego dio lugar a la llamada prensa amarilla. Victoria, nos sumerge en el fastuoso mundo de la Alta Sociedad con su afán de aparentar y sus fiestas llenas de desenfreno y lujuria, pero también nos mete de lleno en los negocios turbios y en la parte más oscura de ese Madrid entre la decadencia y la modernidad.
La ambientación es un punto fuerte de la novela, recorreremos tanto calles iluminadas por la electricidad como callejones llenos de pensiones de mala muerte. Conoceremos a pobres cerilleras o asistiremos al descubrimiento de la morfina de las clases adineradas. Igual nos topamos con un ratero que con los hermanos Machado improvisando cuartetos en un café. Se nota la gran labor de documentación en los detalles pero el autor ha sabido medir muy bien y no abruma con datos en ningún momento. Escenarios, costumbres de la época y personajes, tanto reales como ficticios, hacen del viaje al Madrid de 1901 un verdadero placer.
La ilustración de cubierta es preciosa y no solo eso, es absolutamente acertada ya que es un cuadro de Carlos Verger Fioretti titulado "Falenas" que representa a la perfección la época en la que se desarrolla la novela. El cuadro, pintado en 1920 pertenece a El Museo Del Prado.
Los personajes principales, me han gustado ambos. Lorenzo, con sus ansias de libertad y de labrarse un futuro y Victoria, también conocida como el Hada de la Absenta, una mujer valiente que se codea con lo más granado y a la vez, mantiene su privacidad de forma obsesiva. Como comentaba antes, aparecen personajes reales y otros ficticios, entre ellos hay que destacar a Duquesa, jefa del hampa y reina de los burdeles.
CONCLUSIÓN
"Me llamo Victoria" de Miguel Vasserot es un viaje ameno y placentero al colorido Madrid de principios del siglo XX con sus contrastes sociales y su modernidad incipiente. Bien narrado, con una ambientación excelente y un personaje principal magnético que nos atrapará desde el comienzo hasta el final.