Hoy os traigo mi opinión sobre "El día de la langosta" de Nathanael West, un clásico moderno publicado en 1939.
OPINIÓN PERSONAL
Tod Hackett es un joven artista que llega a Hollywood para trabajar en los estudios como diseñador mientras sueña con pintar su obra maestra, La quema de Los Ángeles. Faye Greener busca triunfar como actriz y entre tanto se vende a quién pueda pagar un precio no muy elevado. Homer Simpson, abúlico y sin un objetivo en la vida, vino por motivos de salud y se limita a existir y a consumirse de amor por Faye. Earle y Miguel son vaqueros sin trabajo, viven en una chabola y organizan peleas de gallos. Adore Loomis, típico niño al que su madre arrastra de casting en casting, ejerce con entusiasmo de típico niño repelente. Todos estos personajes y algunos más conviven en el Hollywood hortera y soleado de los años 30, siempre al margen del éxito, siempre en medio de la insatisfacción, configurando un pequeño universo de deseos frustrados y ambiciones engañadas en el centro mismo de la fábrica de los sueños de cartón piedra.
La novela es de lectura fácil y amena. Lo primero que me ha sorprendido es que girando toda la historia alrededor de un reducido grupo de personajes que están en relación constantemente, hay muy pocos diálogos, casi todo está contado a través de Tod, una especie de alter ego del autor, un personaje que empieza pareciéndonos protagonista y poco a poco se va trasformando más en un observador. Cuando empieza la novela y vamos descubriendo cosas pensamos que será una lectura triste, pero el autor sabe narrarlo como una suerte de sátira que nos hará más llevadero ese pesimismo de trasfondo que impregna toda la historia.
Ambientada en los años treinta durante la Gran Depresión, nos sumergimos en un Hollywood muy diferente al del glamour y el brillo rutilante de los grandes actores, aquí nos movemos por la periferia de la gran industria cinematográfica con un grupo de personajes marginales que llegaron en busca de su sueño de fama y triunfo y ahí siguen, pero como perdedores que malviven de esa industria que los necesita para funcionar pero que no los valora.
Tal vez podría decir que es una crítica despiadada a ese mundo lleno de triunfadores y perdedores pero a mí me ha parecido más bien una fotografía nítida y minuciosa de esa sociedad especial que nació alrededor de la industria del cine, no la de la parte que conocemos, ni siquiera la de detrás de los focos, aquí los protagonistas son esos que gravitan alrededor de ese brillo, en una frontera que jamás podrán cruzar. Nos encontraremos muchas escenas peculiares pero también, otras trágicas y violentas, pero sencillamente qué se puede esperar en un escenario con tanta miseria existencial como el que nos propone el autor. Al terminar la lectura la verdad es que no le veía sentido al título, pero después de informarme un poco lo cierto es que es perfecto, una referencia bíblica muy adecuada para esta historia.
El grupo de personajes que participan en las historia son diez, con trazas de estereotipados pero ni mucho menos es así, poco a poco se van revelando sus capas interiores aunque da lástima ver que se dan por vencidos casi sin intentar revertir su situación de marginados. Tod Hackett, un pintor que sueña con pintar su gran obra pero no coge un pincel. Homer Simpson, un antiguo contable que se muda a California por problemas de salud, reprimido y apático, no sabe que narices hace en Hollywood y Faye Greener, una aspirante actriz sin el más mínimo talento ni para papeles de extra. Estos tres son los personajes principales, los acompañan un enano estafador, un cínico guionista, un falso cawboy, un mejicano al que solo contratan para hacer de indio nativo americano, la dueña de un prostíbulo, un viejo payaso fracasado y un niño actor repelente. Un grupo variopinto y curioso que no dejan indiferente.
Supongo que os habrá llamado la atención el nombre de Homer Simpson, pues no es casualidad que el personaje creado por Matt Groening tenga el mismo nombre ya que el dibujante, tomó al Homer Simpson de la novela para crear su mítico personaje.
CONCLUSIÓN
"El día de la langosta" de Nathanael West nos muestra el lado oscuro de Hollywood, pero no el de las estrellas cuando se apagan los focos sino el de todos los que llegan allí en busca del triunfo y acaban quedándose en esa periferia triste de sueños incumplidos y que jamás los lograrán alcanzar. Una lectura ágil aunque dura a la que salva del dramatismo extremo la ironía de la que hace gala el autor. Me ha gustado aunque es cierto que me ha dejado algo tocada.
En 1975, la novela fue llevada al cine por John Schlesinger con Donald Sutherland, Karen Black y Burgess Meredith en los principales papeles.