MUERTES DE SOBREMESA

                                      


                          FICHA TÉCNICA
                     
                       Título: "Muertes de sobremesa"
                       Autor: David Jiménez , El Tito
                       Editorial: ACEN   
                       Pájinas: 388
                       Formato: Tapa blanda
                       Precio: 16,95 €
                       ISBN: 978-8494364587 
                       ASIN: B01BVADMHA  0,99 €







SINOPSIS:  

   ¿Puede un asesino en serie, después de dieciocho años, regresar y convertir a sus víctimas en verdugos?

   El inspector Marcial Lisón, un peculiar policía cuyo único amigo de verdad es su inseparable galgo, se verá obligado a retomar una investigación que le explotó en la cara cuando, a mediados de la década de los noventa, tan solo era un simple agente a las órdenes del inspector Villanueva. Cuando Lisón ve el cuerpo desnudo de Enma, la mujer de Villanueva, sentado frente a la mesa de la cocina, con dos tazas de café y el dedo anular amputado, ya sabe que el asesino del café ha vuelto.                                                                       La enrevesada investigación, que obliga a negociar con los recuerdos más ocultos de su mente, conducirá a Marcial a descubrir que su relación con el asesino del café trasciende más allá de lo meramente profesional.     El asesino del café no es sólo un caso sin resolver del pasado, sino su pasado sin resolver.    

 AUTOR:

    David Jiménez Martínez “El Tito”, Cartagena 1978, es licenciado en Biología por la universidad de Murcia. Trabaja como agente marítimo en el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), un cuerpo policial adscrito a la Agencia Tributaria que se encarga de la represión del contrabando, la investigación del blanqueo de capitales y la fiscalización de los Impuestos Especiales. "Muertes de sobremesa" es su primer libro.

OPINIÓN:

   Conocí a David Jiménez en VLC NEGRA este año. Después de terminar el acto al que asistimos nos fuimos a tomar algo mi amiga M. Carmen, Carmina (@detintaenvena), David y yo. El tema de conversación principal, además del fútbol (pasión que compartimos el autor y yo), fue la Novela Negra, por supuesto. Curiosamente David no mencionó ni una sola vez que era autor de una novela de este género, fue Carmina, que se puede olvidar el móvil en su casa (verídico) pero jamás deja de llevar un libro en el bolso, quién me enseñó "Muertes de sobremesa". Fue leer la sinopsis y dije que lo quería leer; por desgracia en papel sólo lo podía encontrar en dos librerías de Castellón, así es que como iba a volver a ver a Carmina un par de días después le dije que me lo comprara; entonces David, muy tímidamente, me comentó que llevaba un par de ejemplares en el maletero de su coche. Me gustó que no intentara publicitarme su novela, así es que le dije que quería uno y firmado, por supuesto. Os digo desde ya que "Muertes de sobremesa" ha sido una muy buena lectura con la que he disfrutado muchísimo.

   Hace 18 años, cuando Marcial Lisón era un joven policía novato, Cartegena se vio golpeada por dos muertes, dos mujeres que aparecieron asesinadas de un golpe en la cabeza, desnudas, inclinadas sobre la mesa de sus respectivas cocinas donde reposaban dos tazas de café y con el dedo anular de la mano derecha seccionado. El caso del llamado "asesino del café" quedó sin resolver por falta de pistas para encontrar al culpable.

   Hoy, Marcial Lisón, es un inspector apreciado por su tesón y su buen hacer como investigador policial. Cuando aparece el cadáver de otra mujer en las mismas circunstancias que hace 18 años, no queda más remedio que reabrir el caso. "El asesino del café" ha vuelto y no sólo ha vuelto a matar, es que ha asesinado a Enma Nova, la esposa del Inspector Jefe Villanueva, mentor de Lisón en sus inicios como policía.

  Así comienza una compleja investigación en la que no abundan las pistas y que Marcial Lisón hace aún más complicada por su carácter. Desde que murió hace unos meses su compañero de toda la vida Santi, no ha conseguido congeniar con ningún compañero de los que le han sido adjudicados como pareja. Ahora le toca lidiar con una novata, Zoe Ochoa y Lisón no se lo pondrá fácil a la agente; además, tiene una animadversión evidente por Unai Miralles, otro de los inspectores y este hecho hará que la investigación resulte aún más difícil por la resistencia de Lisón a trabajar en equipo.

  Me ha gustado muchísimo el estilo narrativo del autor. David Jiménez combina a la perfección los diálogos, en los que utilizando un lenguaje coloquial da credibilidad a sus personajes y deja patente, sin necesidad de frases explícitas, la animadversión o la cordialidad entre unos y otros y la prosa más cuidada y depurada, en la que el autor, sin utilizar cultismos, da un aire más pulido a la novela, con el uso de frases muy elaboradas y vocablos  más cultivados.

   Ej. "El día se reinventó caluroso. La ventisca de la noche huyó avergonzada, tratando de no estropear un soleado amanecer que proporcionaba una agradable sensación térmica a las personas que comenzaban a construir una nueva jornada".

   Capítulos cortos contados por un narrador omnisciente, un ritmo narrativo ágil y constante en el que el lector será un investigador más e irá descartando sospechosos a medida que los policías a cargo del caso vayan descubriendo datos y una gran documentación sobre la metodología policial, hacen de la novela una lectura tremendamente entretenida en la que los giros aportan un plus de emoción constante durante toda la narración. La novela se desarrolla en la ciudad de Cartagena, en la que he estado sólo una vez pero durante 5 días en la que me la recorrí enterita, me ha parecido muy bien ambientada.

   Los personajes están muy bien carecterizados y llegaremos a darnos cuenta que cada cuál tiene su motivación personal para actuar de la manera en que lo hace. El lector tendrá que decidir si esa motivación justifica los actos de cada uno de ellos.
   Marcial Lisón destaca por encima de todos. Es enérgico, tenaz, duro e incluso agresivo en ocasiones. Es un solitario que no empatiza con nadie y que no sólo no se relaciona con con la gente que le rodea, es que no tiene el menor interés en hacerlo. Con una relación difícil con su madre postrada en una silla de ruedas e interna en una residencia, sólo está a gusto con su perra galgo Sola (la explicación que da Marcial del porqué eligió ese nombre para la perra me ha encantado), con la que comparte no sólo paseos, también reflexiones sobre su vida y su trabajo. Por una vez, el policía protagonista no es alcohólico, aunque tiene sus cosillas claro. Además de echar muchísimo de menos a su compañero fallecido Santi, Marcial tiene una pesadilla recurrente, en la que no siempre aparecen los mismos protagonistas, pero sí tiene un fondo común; personalmente este tema me ha traído de cabeza durante toda la lectura.
   Zoe Ochoa, en un principio tímida e insegura, pero que armada con una paciencia infinita, conseguirá ganarse el respeto de Lisón por su buen hacer como policía, tiene una gran evolución en el transcurso de la novela.
   Unai Miralles, guapo, listo y buen policía, aunque Lisón lo considera una mala persona y con un punto misterioso que rondará la cabeza de Lisón y del lector constantemente.
   El comisario Lasaosa que le dará su apoyo incondicional a Lisón; el Inspector Jefe Villanueva, marido de la víctima que pondrá las cosas difíciles a los compañeros encargados del caso al no poder participar en la investigación; Dolores, la madre de Marcial Lisón cargada siempre de recriminaciones para con él; y Santi, su compañero fallecido que, aunque ya no está, sí estará presente durante toda la investigación. Además del resto de compañeros, sospechosos y testigo, conforman un elenco de personajes muy creíbles para el lector.

   Al leer el final, te das cuenta que lo más importante no es en realidad el quién, sino el porqué de todos estos asesinatos. Todo queda bien desarrollado y muy bien enlazado, aunque teniendo en cuenta que esto es el primer volumen de una trilogía, es normal que haya cosas que nos dejen con ganas de continuar con el siguiente volumen. Pero no temáis, no os quedaréis sin saber quién es "el asesino del café".


CONCLUSIÓN:

   "Muertes de sobremesa" de Daviz Jiménez "El Tito", es una novela policíaca ágil, entretenida, bien armada y muy bien escrita, en la que además de una trama excelente destaca su protagonista principal, el inspector Marcial Lisón, con el que me he quedado con muchas ganas de reencontrarme en un próximo caso. Os recomiendo su lectura, merece mucho la pena esta novela.

  Lo que más me ha gustado: sin duda el protagonista, Marcial Lisón, un personaje original, un tipo intenso.

  Lo que menos me ha gustado: El desarrollo de el método policial de la investigación puede resultar algo extenso, más que nada por el ansia del lector en avanzar más deprisa para enterarse de todo.



* NOTA: Si tenéis un día la suerte de conocer al autor y os apetece que os firme su libro ¡CUIDADO! no le prestéis vuestro bolígrafo, David escribe muy bien, pero es un manazas, doy fe de ello.


    
   
   

        

Valoración:         8/10